Esta soy yo

¡Hola!🤗

Mi nombre es Verónica Sanz Reguera, pero, por favor, llamadme solo Vero. Tengo 22 años y estoy recién graduada en Historia y Ciencias de la Música, musicología para los amigos, vaya. Desde muy pequeña me ha encantado la música y todo lo relacionado con las artes escénicas, de hecho, comencé teatro a los 3, baile a los 5 y canto a los 11; vamos que he pasado toda mi vida encima de un escenario. Sobre todo en lo relativo al canto ya que después de 11 años los coros en los que participo son mi segundo hogar, un lugar donde puedo ser yo. Y a pesar de esto estuve a punto de estudiar química, menos mal que el destino es más fuerte. Una cosa sí tenía clara: quería y quiero ser profesora; de hecho, mi método de estudio de peque era explicarle lo que aprendía a mis muñecas. Todo esto queda reafirmado cuando en 2016 tengo la oportunidad de pasar de ser cantante en un coro a ser la profesora de técnica vocal y ayudante de dirección. 

Ahora permitidme que haga un poco de reivindicación a mi sector, ya que dentro del mundo de la educación es uno de los grandes olvidados, en mi opinión. Ya no solo porque en los últimos años se haya hablado de eliminarla de los colegios, sino tambien por el hecho de que cuando un niño es bueno en música, en lugar aprovechar ese potencial, se le coarta y se busca que mejore en aquello que a lo mejor no es lo suyo y que ese 5 es todo un logro para el. Por ello considero que, tanto con la música como con cualquier disciplina, animar a los niños y jóvenes a seguir por ese camino; sin descuidar el resto de su formación básica claro esta. Y motivarlos a saber a adquirir todo tipo de conocimientos que puedan ser importantes para ser un buen individuo, ya no hablo solo disciplinas como las que se dan en los institutos sino otro tipo de cosas: salud mental, teorías de género, sexualidad, etc. Todo ello con el fin de que sean capaces de promover el respeto, algo que hoy en día aún escasea. 

Es posible que si tuviera que enumerar mis virtudes posiblemente diría que soy empática, observadora, leal, simpática y una loca de remate que, como diría el sombrerero de Alicia en el País de las Maravillas, “las mejores personas lo están”. Aunque es muy probable que al minuto dijera que eso no es tan así. Y es que en ese momento la ansiedad se habría adueñado de nuevo de mi mente. Y esto se debe a que yo en el instituto sufrí bullying, algo que me marco para siempre. Tranquilos todos que no intento que os apiadéis de mí, ni mucho menos, si cuento esto porque considero que la autoestima es algo que nadie debería perder y que en nuestra función como docente debe estar el impedir que a los chavales les pase. 

Y ya lo voy a dejar aquí porque esto de hablar de mi misma no se me da muy bien.