El Profesor/Tutor
Hemos oído siempre que los profesores solo enseñan: llegan dan su materia y se van. Pero, a mi parecer es una imagen demasiado fría del profesor. Y es que, aunque en muchas ocasiones tratemos de no meternos demasiado, es algo imposible. A poco que tengas un mínimo de empatía te vas a da que un niño esta triste, que esta nervioso, preocupado; y, aunque pueda ser con fines egoístas (que pensemos solo en dar bien nuestra clase sin preocupación), inevitablemente vas a tratar de saber que le pasa a esa persona.
Por ello, es necesario que, aunque no siendo el titular, todos los profesores seamos tutores. En mi experiencia escolar tuve una profesora a la cual guardo un cariño especial porque es la que yo verdaderamente considero mi tutora. Esa profesora sabia que yo estaba mal antes de que yo misma lo supiera, esa profesora sabia darme palabras de ánimo aunque su materia no fuera mi fuerte.
Puede ser un trabajo difícil que requiere de una formación continua, pero que realmente vale la pena hacer. En ocasiones, nuestros alumnos pueden necesitar de un referente fuera de casa que los guie y los apoye. A lo mejor puede haber una falta de confianza con los padres que el tutor pueda subsanar. Con esto, lógicamente, no me refiero a sustituir a los padres. Al final creo que el tutor es el que sabe guiar de una manera más objetiva, por no verse influenciado por agentes externos ni tener una relación directa con el alumno.
Para ellos es necesario que el tutor principalmente sea empático, pero que a la vez sea critico y no se deje llevar por las emociones. Que sepa comunicar, que sea valiente, que tenga energía, respeto, amabilidad, que inspire y muestre confianza y que ponga cariño en lo que hace y lo tenga por sus alumnos.
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